Las fiestas de mi pueblo.

Era una noche de agosto, en un pueblo del Valle Esgueva, Castroverde de Cerrato. Allí era fiesta y la gente se lo pasaba bien. Un viernes por la noche llegaron dos chicas, llamadas Ruth (sí, que pasa, las dos se llaman igual)

, esa misma noche fueron a buscar a los de la peña, que sabían que estaban en el merendero de Clemente

porque una de ellas se encontró con Susana (otra chica de la peña). Saludaron a la gente y se sentaron a hablar, a los diez minutos (más o menos) se fueron a la peña con el resto de la gente y allí bebieron su Four Roses con coca cola. Un rato después bajaron al baile (a escuchar esa maravillosa orquesta :?), estuvieron un rato y al final se fueron con Cesar

a tomar algo. Así pasaron el primer día.
El sábado estaban esperando en casa de Ruth, para saber si los chicos estaban en la peña (ya que desde su casa se veía la peña), cuando una de las Ruth se asomo a la puerta y se encontró con Javi (que había llegado el mismo día)

Ruth – Tsss, tsss!
Javi se gira – hombre cuanto tiempo.
Ruth - ¿Qué tal?
Javi – Bien, ¿qué hacéis?
Ruth – Estamos esperando a ver si hay gente en la peña.
Javi – Sí, ya están.
Ruth - ¡ah!, pues vamos para allí.
Javi – Yo voy a hacer unas cosas y ahora voy.
Ruth – Ok.
Las dos amigas subieron a la peña y vieron que no estaban todos, pero sí algunos. Se sirvieron algo y se quedaron hablando con ellos, pero les entraron ganas de irse al baile y para allá se fueron. En el baile pasaba de todo, la gente se ponía en plan erótico, se bailaba mucho, se hacían fotos.

Vamos un desmadre. Pero las dos se los estaban pasando genial. Volvieron a la peña para calentar un poco más el estómago con algo de alcohol.

Cuando habían empinado el codo lo suficiente, volvieron a salir y, a juzgar por lo que vieron no eran las únicas que estas borrachinas. Se sentaron para contemplar el panorama, que parecía un cuadro, el mismísimo Gernika de Picasso. La gente se abalanzaba gritando cuesta abajo como cuando eras pequeño y estás en la nieve tirándote con tu trineo.